martes, marzo 30, 2010

Carta para nadie

Señor Rajoy:
Permítame, en primer lugar, que no comience el saludo con el protocolario “Distinguido”, pues ni eso puedo decirle después de comprobar que es incapaz de aplicar en su propia casa lo que a otros exige con vehemencia furibunda.

Pensaba que usted era el líder de un partido político del que podía discrepar de sus ideas y planteamientos, pero es mucho más o mucho menos, según se mire. Es usted el viejo hipócrita que dice “haz lo que yo te diga, pero no hagas lo que yo hago”, es el fariseo al que Jesús hubiera echado del templo a latigazos, es, en definitiva, la antítesis de la verdad y el mercader que trafica con los sueños de quienes le dieron su confianza. Puestos a citar textos sagrados también le recuerdo aquello de “por un sólo justo salvaré la ciudad”. ¿Quedan justos en su partido?.

No nos separa que usted sea de derechas y yo de izquierdas,no. Lo que ha creado un abismo insalvable, entre usted y yo, es su desfachatez para proteger a corruptos y ladrones y, al mismo tiempo, señalar con su dedo acusador a quienes los descubren. ¿Le recuerdo lo que dijo de los policías que investigaron la trama Gurtel, del acoso y derribo a que ha sometido al juez que instruyó la causa Gurtel? No vale la pena, usted lo sabe muy bien.

No repara en los daños que con su actitud y obras está causando a este país y a sus gentes. Gente buena, gente honesta, gente que piensa diferente y a la que usted quiere enfrentar fraticidamente sólo por el placer de sentarse en el Palacio de la Moncloa. Todo no vale, ni el fin justifica los medios y algún día, cuando se quede a solas con su conciencia, cuando mire a los ojos de sus hijos, espero y deseo que se cuenta del laberinto del mal que ha tejido para saciar su ambición.

Usted no escucha, no lee, es incapaz de hacer un alto y reflexionar. A usted le encanta amplificar las malas noticias, ha encontrado en la ciénaga de la crisis económica otro ardid para continuar dinamitando los esfuerzos de los otros partidos políticos para paliar sus efectos. Le da igual y es seguro que cree firmemente que “cuanto peor, mejor para mí”. Qué egoísta y ruin.

En fin, permítame que finalice esta misiva, que se que nunca leerá, expresando mi confianza en que los españole(a)s se darán cuenta de su burda estrategia. Si algún día, por desgracia para este país, ganara las elecciones usted sería nuestra penitencia y castigo y que le conste por adelantado que no soy un sectario y que nada me gustaría más que la alternancia en el poder y las coaliciones de diferentes partidos.

Acabe con la estrategia de la bronca, sea humilde y barra su casa, aprenda que usted tiene su verdad que es diferente a la de los demás, no es ni mejor ni peor, y, sobre todo, respete la verdad y la voluntad de los ciudadanos. La gente de izquierdas no somos sus enemigos, sólo somos personas que opinamos de forma diferente. Pero más allá de las ideas, están los valores y mientras yo creo en la bondad del ser humano, usted y los suyos esculpen y adoran el becerro de oro. Esa es la diferencia sustancial que hay entre nosotros.

lunes, marzo 29, 2010

Un aire fascista recorre España

De nuevo cabalgan. La extrema derecha campa a sus anchas y sólo tímidas voces, que pronto son acalladas, le salen al paso. Desde los tribunales hasta la calle, magistrados ultraderechistas -léase antidemocráticos- y partidos xenófobos y fascistas están marcando la agenda política de este país y todo ello con la complicidad ominosa, a veces por silencio y otras jaleando sus actuaciones, del PP.

Existe una hoja de ruta, perfectamente definida y coordinada, para socavar la convivencia democrática y cercenar las libertades. En los medios de información, prensa, radio y televisión, la información se oculta y se manipula mientras cobran fuerza las opiniones de pirómanos, disfrazados de tertulianos; los tribunales validan querellas de corruptos pillados con las manos en la masa que exoneran delitos de latrocinio.

Hace unos días, Villarejo, el antiguo fiscal anticorrupción afirmaba en una entrevista: “No es posible que una persona que está siendo perseguida por la justicia penal por delitos graves, como el blanqueo de capitales, se pueda constituir como parte para perseguir al juez. La admisión de esa querella constituye la forma más grave producida hasta ahora en España de alianza objetiva de los tribunales y los corruptos. Si la respuesta a la actuación judicial es la persecución del juez, consentida y tolerada por el Tribunal Supremo, incluso por magistrados progresistas, aún se pone más de relieve que la persecución de la corrupción sigue siendo una asignatura pendiente. Lo que ha acordado el Supremo no se puede sostener ni jurídica, ni social, ni moralmente. No es admisible y socava los cimientos del Estado democrático, porque es poner al poder judicial bajo los pies de los caballos de los corruptos. Y eso significa que los corruptos han conseguido ya una victoria al someter a un proceso penal por prevaricación al juez que se ha atrevido a investigarlos”.

Son afirmaciones que se comentan por si solas, de una gravedad inaudita, pero que han pasado desapercibidas. Y nadie, desde la izquierda, se ha hecho eco de ellas. Eso si, he visto a sesudos analistas tildados de progresistas hablar de los “errores de Garzón”. El silencio, la falta de indignación ante tantos atropellos y tropelías conforman un estado anímico de “quién calla otorga”.

Al cerco a Garzón por parte jueces franquistas confesos; hemos de sumar la estrategia de la tensión permanente del PP; la de los obispos que se creen en el derecho de ser los guardianes de la moral; la manipulación y las mentiras mil veces repetidas por decenas de medios de información; la descalificación grosera i falaz del que osa poner en duda los postulados políticamente correctos; la exaltación hasta el paroxismo de modelos de comportamiento inmundos y soeces;...

Lo anterior explica una parte, pero no el todo. Aún hay que sumar las consecuencias de un sistema que eleva a categoría de modelo a seguir a los personajillos que pueblan las telebasura, mientra ignora el valor del esfuerzo de investigadores, médicos, bomberos,... que justifica partidos que hacen de la corrupción el modelo de su financiación y de enriquecimiento de sus próceres,que entroniza tertulianos ignorantes y desprecia la cultura y el conocimiento,...

Este es el aire que sopla con más fuerza por nuestros pueblos y campos. Nos encontramos ante una situación que puede desestabilizar y poner en riesgo la convivencia democrática. En un terreno abonado para que la ultraderecha siembre y haga germinar sus postulados. La ciudadanía, huérfana de ideas y de espíritu crítico, está inerme e incapacitada por el bombardeo constante de mensajes que igualan democracia y corrupción, que, sin rubor, culpabilizan a la izquierda de todos los males.

Las reacciones son tibias, timoratas, carentes de indignación. Es como si el destino de la izquierda fuera hacerse el harakiri, una vez más, como si le faltaran energías para reaccionar ante tanta ignominia y aceptara la inevitabilidad del doble rasero de la hipocresía.

Bajo el lodo del pensamiento único y del empantanamiento del pensamiento progresista oficial, circulan corrientes que mantienen viva la esperanza de una sociedad justa y equitativa, voces críticas y espíritus libres que mantienen izada la bandera de la rebeldía. Son voces aisladas, a menudo ninguneadas, pero acabaran emergiendo con fuerza bajo nuevos postulados, organizadas de manera diferente a cuanto conocemos. Traen aire fresco para ventilar las estancias corruptas del pensamiento acomodado y las miasmas del pensamiento único. A ellas me encomiendo.

martes, marzo 16, 2010

Abrir puertas y ventanas y que entre la luz

La sociedad está adormecida, inapetente, confusa, anoréxica,... Los agoreros siembran el miedo. La incertidumbre florece. La alegría desaparece, las risas se ausentan, la felicidad da pavor y las personas se ahogan entre lodazales de oscuros individualismos. Se pierde la confianza en uno mismo y en los demás, las fuerzas renquean frente al castigo inmisericorde de atronadores anuncios de desgracias venideras.
Es hora de aventar las tinieblas, levantar la mirada, extender la mano y palpar para ver que no estamos solos. De gritar con todas nuestras fuerzas ¡Bata ya!. De levantarnos y construir lo que siempre hemos soñado.
El oscurantismo no es permanente e inmutable, es el arma que los poderosos siempre han usado para doblegar la razón y conformar conciencias sumisas a sus intereses.
Rebeldía frente a sumisión
La rebeldía y el espíritu crítico tienen la llave que abre de par en par puertas y ventanas para entre la luz que ilumina las conciencias.
Hay que recuperar la sonrisa, el placer por el encuentro con el amigo, la calidez de un apretón de manos, el ósculo que nos acaricia, la intersección de nuestras miradas y la confianza en el otro. El yo que crece entre el nosotros, el gusto por lo sencillo, el placer de ser, la armonía con cuanto nos rodea.
Libertad, seguridad, felicidad... es todo cuanto necesitamos. La vida es eso: pequeñas cosas que no se pueden comprar ni vender, que ningún mercader de fastos y oropeles puede acaparar.
Ahí empieza el cambio. Yo lo deseo, ¿y tu?

martes, marzo 09, 2010

De encuestas, intenciones de voto y redes sociales

Los grupos de presión mediáticos -representantes de los intereses económicos y políticos que los sostienen- han encontrado en los politógos,sociólogos y otras especies similares un enorme filón para influir en las decisiones de los gobernantes: periódicamente ofrecen los resultados de sus "encuestas de opinión e intención de voto" adobadas de predicciones junto al cálculo de los escaños que este o aquel partido obtendría si hubiera elecciones en el momento de la encuesta. ¡Ah!, no nos olvidemos del coro que bajo una falsa apariencia de objetividad individualizada arropa estos mensajes: los tertulianos, es decir los pesebristas de este o aquel medio.
Es un juego perverso que intenta, y a veces lo consigue, condicionar la acción de gobierno en función de una coyuntura ficticia, porque es ficticio que haya tantas elecciones como encuestas. Y a fe mía que lo consiguen: el PP se enroca en su estrategia de cuanto peor mejor; el Gobierno por la mañana anuncia un cambio y por la tarde lo desmiente; a los líderes de cualquier fomación política les falta tiempo para salir a vocear lo que las encuestas dicen que es la opinión mayoritaria de los ciudadanos;... El resultado es un ruido permanente que impide descifrar quién habla y qué dice.
El ciudadano pasa de la categoría de receptor con opinión propia elaborada a partir de la lectura crítica de los mensajes ofrecidos a mero sujeto paciente de la manipulación. Cuando no se escucha con nitidez es imposible fijar las posiciones de los que parlotean incesantemente. Los que hablan acaban escuchándose a si mismos y diciéndose lo bien que lo hacen y lo bonitos que son. Convierten verdades en mentiras y de la falsedad y de sus intereses espurios hacen banderas que dicen representar el sentir y la opinión de la mayoría.
Esta manera de hacer ha trastocado el discurso político. De la política propositiva hemos pasado a la política de acoso y derribo, de quítate tu para que me ponga yo. Lo importante no es el proyecto, sino el sillon. Mientras hablan de la cultura del esfuerzo y del ahorro, dilapidan millones en oropeles y fastos.
¿Hablo en genérico? Si. Esta cultura propia de la derecha se ha impuesto como lo hizo el pensamiento único. El neoliberalismo, no es sólo economía, es ideología pura y dura y la izquierda ha perdido una batalla más: la de hacer que la política sea pedagogía, discurso, debate y contraposición de ideas al servicio del bien común y de la felicidad de las personas.

viernes, marzo 05, 2010

De Cicerón a León Felipe. Retrato de la España de hoy

La honradez y la valentia que inspiraron el discurso de Ciceron contra Catilina y la debilidad de las intituciones para condenar a los conspiradores siguen siendo válidas para los tiempos que vivimos. Lástima que rodeados de Catilinas no tengamos ningún Ciceron:

¿Es que no te han impresionado nada, ni la guardia nocturna del Palatino ni las patrullas vigilantes de la ciudad ni el temor del pueblo ni la afluencia de todos los buenos ciudadanos ni este bien defendido lugar -donde se reúne el senado- ni las miradas expresivas de los presentes? ¿No te das cuenta de que tus maquinaciones están descubiertas? ¿No adviertes que tu conjuración, controlada ya por el conocimiento de todos éstos, no tiene salida? ¿Quién de nosotros te crees tú que ignora qué hiciste anoche y qué anteanoche, dónde estuviste, a quiénes reuniste y qué determinación tomaste?

Ciceron espoleó a las instituciones para que reaccionaran con firmeza ante el conspirador. Y Cicerón, amenazado de muerte, se quedó solo:

¡Qué tiempos! ¡Qué costumbres! El senado conoce todo eso y el cónsul lo está viendo. Sin embargo este individuo vive. ¿Que si vive? Mucho más: incluso se persona en el senado; participa en un consejo de interés público; señala y destina a la muerte, con sus propios ojos, a cada uno de nosotros. Pero a nosotros -todos unos hombres- con resguardarnos de las locas acometidas de ese sujeto, nos parece que hacemos bastante en pro de la república. Convenía, desde hace ya tiempo, Catilina, que, por mandato del cónsul, te condujeran a la muerte y que se hiciera recaer sobre tí esa desgracia que tú, ya hace días, estás maquinando contra todos nosotros.

En esta España nuestra, hace tan sólo unas décadas, Leon Felipe, lo decía de otra manera:

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
va cargado de amargura...
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar
.

Y es que en esta España con tradición de Quijotes y de Inquisición siempre pierden los mismos.

¿Hasta cuándo, Tribunal Supremo, seguirás abusando de nuestra paciencia?

Y trancurría el año 62 a.c. Catilina, con su cohorte de jóvenes corruptos y sin escrúpulos había planificado quedarse con las instituciones del Estado, ponerlo al servicio de su avaricia y de la sed de rapiña de sus allegados. Cicerón, reune pruebas de la conspiración, de las intrigas para acabar con su vida y se presenta al Senado para hacerlas públicas para que Catilina sea condenado por su infamia. El conspirador corrupto y chulesco de presenta a la misma sesión y Cicerón lejos de amedrantarse pronuncia una diatriba que ha permanecido viva, por su valentía y firmeza, a lo largo de todos estos siglos:

Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra? O tempora! O mores! Senatus haec intellegit, consul videt: hic tamen vivit. ¿Hasta cuándo, Catilina, vas a seguir abusando de nuestra paciencia? ¡Oh tiempos! ¡Oh costumbres! La patria está en peligro, el cónsul amenazado de muerte, y tú, el causante de todos estos males, vives.

Hoy dos milenios después me valen las palabras del poeta:

Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde ésta a aquella comarca
. (León Felipe)

Cicerón Baltasar Garzón reúne pruebas de la mayor trama corrupta, señala los Catilinas Correa que medran por todos los estamentos e instituciones públicas robando para satisfacer sus ansias de vida libertina y de ostentación, pero el Senado Tribunal Supremo se erige en altavoz servicial de los Catilinas, ignora las pruebas desprecia la honradez, da pábulo a las mentiras y calumnias, convierte al acusador en acusado y al inocente en culpable.

Quousque tandem, Catilina Tribunal Supremo, abutere patientia nostra? O tempora! O mores! Senatus haec intellegit, consul videt: hic tamen vivit.

Me gustaría decir que estoy enfadado, enojado, crispado, encolerizado, iracundo, enfurecido, exasperado, irritado, perplejo, confuso, mosqueado... pero no encuentro el adjetivo con el que describir el estado de ánimo que esta situación me provoca. Todos son insuficientes y demasiado poca cosa para calificar lo que siento.