miércoles, junio 23, 2010

Desactivando el espíritu libre y crítico

Vivo en un permanente estado de ánimo cambiante. Lo que ahora me parece bien en cinco minutos puede cambiar de sentido, de defensor puedo pasar a crítico, de convencido a escéptico,... Me he convertido en una persona vulnerable, carente de opinión propia que gira y marca la dirección de la última opinión del experto leido.
Mi intelecto es un magma de múltiples y contradictorias posiciones. Escucho a Antonio Gutierrez hablar de la reforma laboral y me convierto en su más fiel partidario; instantes después oigo hablar a José Antonio Griñan y dejo de ser un personaje crítico para tranformarme en un acérrimo defensor de la reforma... Esto no es bueno. Estoy perdiendo el sitio y la posición. Las palabras se entrecuzan y los conceptos se convierten en algo volatil e indefinido.
¿Esta vorágine es un problema personal?. No. De ninguna manera. Es el fruto de un momento y de una estrategia con la que nos estan desactivando a todos.
La tan loada sociedad de la información se ha convertido en un arma de bloqueo de las conciencias individuales. La capacidad, casi infinita, de la sociedad de la información para bombardearnos constantemente con "informaciones" se ha convertido en un arma para destruccion masiva del pensamiento crítico y libre.
Cabe reflexionar sobre los dos hechos mas significativos del modus operandi de la sociedad de la información para deducir sus consecuencias. Las caracteríticas que mejor la definen son: por una parte, la immediatez permanente; por otra, la replicación exponencial de cualquier "hecho noticiable".
En una sociedad ávida de consumo, la información es un elemento más a devorar y, lejos de satisfacer necesidades genera adición y ansias de mayor consumo. Nos convertimos en "yonquis de la información". Cada vez necesitamos más y mayores dósis y, de la misma manera, que cualquier otra sustancia adictiva, genera dependencia y nos convierte en esclavos.
La red o internet, como queráis llamarla, se ha asimilado al paraiso de la libertad, creemos que las autopistas de la información están abiertas a todo y a todos, pero eso no es más que un espejismo que acabamos confundiendo con la realidad. Veamos un ejemplo sencillo, si en nuestro buscador buceamos en el término crisis económica ¿cuantas opiniones y tesis de "expertos" encontraréis de que es una crisis provocada por el endeudamiento público o por que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y cuantas de que es una crisis sistémica producto de las contradicciones y aberraciones del sistema? Me atrevería a firmar, y creo que me quedo corto, que la proporción es superior a 10.000 a 1. ¿Es casualidad o estrategia?
No tengo duda alguna de que es estrategia. Los mismos que provocaron la crisis son los que ahora se vuelcan en proponer soluciones y a nadie se le puede escapar que esos "mismos" son los que tenían el poder y los que lo siguen teniendo y utilizando. Han aprendido a mantenerse al margen, pero son los que replican las opiniones de "expertos" que recetan austeridad y recortes, que desvian la atencion de las verdaderas causas -codicia-.
A cada instante podemos encontrar decenas de nuevas opiniones de reputados expertos que reafirman las recetas de recorte del gasto social y de libertad de mercados. El mensaje único y unidireccional se acaba convirtiendo en dogma y verdad infalible y única: así se desactiva la crítica, así nos convierten en adocenados seres sin opinión.