Francesc Arpal, portavoz del PP en el ayuntamiento de Martorell, escribe en el boletín municipal sobre los resultados de las últimas elecciones: “Nunca ha habido tantos tontos útiles dando apoyo efusivo a un partido adversario a cambio de su suicidio político”.
Este individuo considera que “el odio visceral contra el Partido Popular ha hecho que comunistas y republicanos, sumisos con el PSC, hayan desaparecido prácticamente del arco parlamentario del Congreso de los Diputados y hayan quedado muy tocados en Catalunya”.
El cuerpo me pide replicarle en el mismo tono, pero entonces sería como él. Espero que los ciudadanos valoren su capacidad política basada en el insulto y el desprecio y que lo manden al sitio del que nunca debió salir: la caverna.
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