Si algo me han enseñado las protestas, huelga incluida, de los profesionales del sector sanitario de Madrid es que la huelga no sólo es un instrumento para luchar por los derechos de los que la hacen, sino que puede ser una muestra de generosidad y de solidaridad con la sociedad en su conjunto y, especialmente, con lo más desfavorecidos.
Esta es la mejor forma de tapar la boca a los que descalifican a los sindicatos diciendo que sólo defienden a los priviligiados que tienen trabajo. La pasada huelga general fue un ejemplo de como los que tienen trabajo renunciaron a un dia de su sueldo -con la que está cayendo en que cada euro es necesario para las familias- y salieron a la calle para protestas contra la la falta de trabajo y la precaridad.
La huelga de los trabajadores sanitarios de Madrid redunda y amplifica este ejemplo. Oponerse a la privatización es luchar para que nadie quede fuera del sistema, para que no haya una sanidad para ricos y una beneficiencia para los desposeidos. La privatización sólo busca incrementar las cuentas de resultados y los beneficios económicos de grupos financieros o ¿es que alguien se cree que los nuevos amos de los hospitales actuaran por filantropía y si llega el caso pagarán de su bolsillo cualquier déficit que se pueda producir?
Nosotros y las generaciones venideras nunca estaremos suficientemente agradecidos por vuestra generosidad. Gracias
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