Una de las causas -que no la única- que nos ha conducido a la actual crisis social y econòmica es la confluencia de dos vectores de pensamiento que unidos han provocado un desasarme ideológico casi total. Por una parte el pensamiento único de la derecha que ha instalado en el imaginario colectivo e individual que las cosas son como son y que sólo hay una salida: recortes y más recortes; por otra, el pensamiento débil de la izquierda que ha sido incapaz de articular un discurso propio y de alternativa al actual modelo económico y social.
Se ha acabado generalizando que el problema y la solución es la economía y los principios fundamentalistas neoliberales y que el problema es la política y los políticos. No hay foro ni conversación en la que no se afirme que los políticos son el problema y que no existe otra solución que las propugnadas por "los mercados". En estos contextos, negar la mayor y afirmar que la economía es política, que las soluciones no son producto de una ciencia aséptica y neutral es casi un imposible.
La sociedad está anestesiada y sorda, actua sin conciencia y sin capacidad crítica bajo los efectos de un shock económico que ha anidado las conciencias al miedo, en el que impera el temor a desafinar (protestar) tanto de los que todavía tienen trabajo porque lo pueden perder, como de los que sin futuro confían en que ellos serán de los elegidos. El individualismo más feroz ha dinamitado la solidaridad entre los débiles. La solidaridad hizo fuertes a los débiles y convirtió a los esclavos en personas libres.
Esto no ha sido algo espontáneo e imprevisible, sino la consecuencia de años y años de ser educados y formados para ser útiles. Vale más un ingeniero que no piense, pero que diseñe una máquina que sustituya la fuerza de trabajo de decenas o centenares de operarios, que un filósofo que despierte el pensamiento libre y que ponga en cuestión el modelo de sociedad y los valores que conforman las relaciones entre las personas.
El pensamiento débil y el pensamiento único son las caras que conforman la moneda de cambio que se ha puesto en circulación. ¿Hasta cuando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario