viernes, noviembre 13, 2009

Silencio que duele

Llevo meses sin volcar a esta bitácora ni una sola palabra, ni uno solo de los pensamientos y reflexiones de lo que acontece y es que entre tanto ruido casi me quedo sordo y mudo.
Atónito he soportado los gritos desaforados de los mentirosos y de los hipòcritas; de los fariseos de la palabra, pero lo que más me ha compungido es el silencio cobarde de los espectadores (entre los que me incluyo), la falta de indignación ante tanta mentira. Nos han tomado por tontos y tontos debemos ser cuando los aguantamos como si la cosa fuera ajena a nuestras vidas y futuro.
Para que el PP continue aumentando su sarta insidiosa de mentiras y de medias verdades (estas son las peores mentiras), para que la iglesia continue engordando su intolerancia y determinados medios de comunicación puedan continuar esparciendo mierda hacen falta cómplices que aprueben tan indignos comportamientos.
Y esos cómplices somos los que guardamos silencio -sea porque no somos capaces de creernos lo que oimos, porque tenemos miedo o porque dudamos-. Son los que reivindican derechos y se olvidan de sus deberes, los que critican y ponen a parir lo público pero corren presurosos cuando de poner la mano se trata -me da igual que sea un empresario en apuros como el presidente de la CEOE, que un trabajador que siempre ha cobrado en negro y ahora quiere percibir una pensión para la que no ha cotizado-.
Y estoy harto de los que se quejan de los impuestos y del Estado, pero quieren sanidad pública de calidad, universidades y becas para sus hijos. De los que se quejan de la política y de los políticos, pero son incapaces de dedicar medio minuto a los intereses colectivos. De los que critican la inacción de los sindicatos mientras ellos se quedan en casa viendo el futbol.
Y estoy agradecido a los que por un sueldo exiguo -aunque algunos piensen que demasiado- dedican su vida a pensar ya servir a los demás, a buscar soluciones a sus problemas, a garantizar sus derechos. Por poner solo un ejemplo, ¿alguien puede justificarme que un chico vestido con calzon corto que da pataditas a una pelota tenga que cobrar 1000 veces el salario de un alcalde, de un ministro o del jefe del gobierno?



Fariseo:
1. Entre los judíos, miembro de una secta que afectaba rigor y austeridad, pero eludía los preceptos de la ley, y, sobre todo, su espíritu.

2. Hombre hipócrita.

3. Hombre alto, seco y de mala intención o catadura.

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