La posición ideológica de los seres humanos, a pesar de sus innumerables matices, siempre ha sido elemental: de izquierdas o derechas, sumisos o rebeldes. Cada cual elegía libremente su lugar y se instalaba en él defendiendo aquello en lo que creía en la certeza de que el oponente haría bandera de lo contrario. La discusión estaba servida, los campos delimitados, los potenciales receptores de los mensajes identificados y todos tan contentos.
En este espacio era fácil mantener la posición inicial o cambiarse bando, pero en ambos casos estaba claro al que se pertenecía. O se era rojo o se era facha, o se estaba con los progresistas o con los conservadores, o se izaba la bandera de la izquierda o la de la derecha,...
Ya nada es igual.
Estaban los que querían ser y los que querían tener. Hoy sólo quedan los que quieren tener.Tanto tienes, tanto vales es el principio que está marcando las relaciones entre los seres humanos. La igualdad es un concepto arcáico y periclitado; la solidaridad, es quedarse con todo ; la fraternidad, es un resto decimonónico sin utilidad alguna;...
Estamos viviendo tiempos de apagón ideológico generalizado de las izquierdas, unas veces por acción y otras por omisión.
1.- Por acción. La izquierda ha perdido sus señas de identidad arrastrada por la marea individualista y egocéntrica del neoliberalismo que antepone el yo al nosotros y abre el camino del darwinismo social en el que los más fuertes, los mejor preparados y con mas recursos disponen de todo cuanto se les antoja; los otros, los débiles, los que rehuyen atesorar riqueza y bienes para ellos solos, se han quedado orillados en la marginalidad y sin nada.
Nos ha tocado vivir en una sociedad que sólo premia a los triunfadores, que todo vale para ser el mas rico y poderoso, aún sabiendo que es a costa de desposeer al otro de lo que más necesita. Somos tremendamente inhumanos y cínicos: condenamos las guerras de los paises pobres, pero les vendemos las armas; esquilmamos recursos naturales y dejamos el hambre...
2.- Por omisión. Hemos dejado que la derecha robe y se apropie de nuestras señas de identidad. Baste sólo un ejemplo: Sarkozy está liderando la lucha contra el cambio climático, yendo más allá de lo que algunos verdes podían proponer.
Mientras la derecha se muestra agresiva, la izquierda se siente acomplejada y timorata. El resultado de la ecuación es sólo uno: estamos viviendo en el apagón ideológico más grande que hemos conocido.
Sin embargo, no estoy desanimado. El apagón es un tunel mal iluminado y poco ventilado. Al oscurantismo de la Edad Media le sucedió la explosión del Renacimiento.
Sólo me preocupa y, relativamente, una cosa: ¿Cuánto tardará en llegar el Renacimiento?
1 comentario:
Todo dependerá de nuestra acción, ¿no?
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