viernes, marzo 09, 2007

Mentiras y ruidos fascistas

No voy a mencionar las mentiras de las permanentes campañas de agitación del PP contra el gobierno de ZP, ni el uso partidista de las instituciones del Estado (Consejo General del Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, Tribunal constitucional,…) a través de los miembros afines nombrados por ellos, ni tan siquiera lo burdo i falso de sus argumentos. Lo único que deseo hacer notar es que es una campaña realizada con premeditación, alevosía y perfectamente planificada.
En teoría de la comunicación está perfectamente definido y estudiado como evitar el “feed bak” sobre el mensaje lanzado, como los ruidos e interferencias imposibilitan que lo dicho por otros llegue con nitidez a los destinatarios e, incluso, no llegue a hacerlo nunca. Este, y no otro, es el objetivo y la estrategia del PP y de sus medios afines.
¿Qúe recursos están utilizando?: El primero y más importante el ruido basado en gritos, insultos y descalificaciones, para acallar y dejar sin voz a los otros (como ejemplo basta con ver la actitud de diputados y senadores en sede parlamentaria); el segundo la repetición de eslóganes que, aunque falsos, a fuerza de enunciarlos una y otra vez acaban calando e instalando , cuando menos, la duda en el oyente pasivo, y a veces, se convierten en verdades aparentes en el imaginario colectivo (han conseguido que la prisión atenuada a Juana Chaos sea percibida como una simple puesta en libertad de un asesino, además de obviar que la condena por sus múltiples asesinatos ya estaba cumplida y en buena parte gracias a las redenciones de pena que el gobierno del PP le otorgó). Esta estrategia saca de la escena del diálogo y el contraste de argumentos con los que el ciudadano(a) podría formarse su propia opinión.
El PP utiliza sin rubor los recursos de la propaganda fascista para embrutecer las conciencias de la ciudadanía: gritos, insultos, aparente indignación, reivindicación moral, descalificación de las personas y del sistema, apropiación de símbolos,… El PP está alimentado los sentimientos más bajos y rastreros del ser humano: la desconfianza, la violencia, la iniquidad moral,… A nadie se le puede escapar que esta es la estrategia de los partidos fascistas y de corte autoritario y que se ha de combatir utilizando la firmeza, el rigor y mojándose.
Los medios de comunicación no son ajenos a este clima. Unos porque han adoptado la misma estrategia que Rajoy, Zaplana y Acebes; otros, porque con su silencio son cómplices, y hay otros, que pretenden ser equidistantes alimentados por los sofismas de tertulianos e intelectuales que culpabilizan por igual a toda la clase política: No. No es eso. Esa es otra mentira que, como mínimo, ayuda y da alas a las tesis del PP. Hay un agresor que insulta, descalifica, vierte inmundicias y mentiras, y en el otro lado, están los silenciados, a los que se les impide hablar.
Pero hay más. Esta estrategia impide que, a menos de dos meses de las elecciones municipales, se hable de la corrupción en los ayuntamientos del PP (desde Canarias, a las Baleares); de cómo el juicio del 11M está tirando por tierra todas y cada una de las mentiras que desde el mismo día del atentado ha intentado crear el PP; de la utilización torticera de las instituciones del Estado; de las graves responsabilidades del gobierno del PP en la prevención de los atentados del 11M; de la política penitenciaria del gobierno de Aznar respecto a los presos etarras; de cómo el Sr. Aznar calificó a la banda etarra de Movimiento Nacional de Liberación;… Eso es lo que tendría que explicar el PP, y para no hacerlo, para no enfrentarse a la verdad miente y manipula; confunde y enfrenta a los ciudadanos.
Y nosotros aquí, sin recursos para hacernos oír, perdidos en la blogosfera, como voces que claman en el desierto y ni tan siquiera tenemos el eco de nuestras palabras.

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