Hoy, un dia cualquiera del mes mes de diciembre de 2005, en la ciudad de Barcelona, me he decidido a compartir con vosotros todo aquello que me excita intelectualmente.
Mi blog, Sembrando palabras, sólo pretende verter al exterior lo que interiormente, a veces, me ahoga y, a veces, me reconforta. No sé si aflorarán comentarios de noticias, reflexiones de lo que acontece o retratos de lo que obsevo cuando paseo por la calle o miro por la ventana. Únicamente deseo recuperar la palabra y la confidencia en un mundo que nos disuelve y nos ignora. Quiero sentir que soy un ser vivo que comparte inquietudes con otros, tanto si estan de acuerdo, como si no lo están.
Deseo que la palabra nos una y haga florecer nuevas y fructíferas ideas, nos permita sentir que no estamos solos. Somos un universo de personas que no pueden permanecer en silencio, calladas, sumisas, perdidas en la masa. Hemos de recuperar la rebeldia y hacer saber que somos y estamos, que vivimos y que queremos más. No nos conformamos con el silencio y la sumisión de lo politicamente correcto.
El poder no puede reducirnos a meras comparsas y espectadores inanimados de su ambición. Tenemos en nuestras manos la semilla de la libertad: Sembrad las palabras y floreceran las ideas, la libertad, el goce y el placer de sentirnos uno y todos al mismo tiempo.
Si perdemos la palabra seremos nada.
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